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¿Buscas trucos para engañar al seguro de hogar? ¡Error!

Recabamos algunos de los fraudes, trucos y estafas más frecuentes en los seguros de hogar

Desde 2011, los expertos observan una tendencia al alza en fraudes a las compañías de seguros. Un repunte que ha afectado especialmente a los seguros de coche, aunque no es el único ramo afectado. Según 41 aseguradoras participantes en un estudio sobre fraude al seguro, en 2017 se detectaron 175.777 intentos de estafa; es decir, uno cada 20 horas. El 30,3% de estos intentos de estafa pertenecían a la categoría de diversos (hogar, comercios, pymes y Responsabilidad Civil). Quienes los practican creen haber visto la "oportunidad" de aprovecharse de la situación. Una mala idea que puede acabar teniendo consecuencias legales devastadoras, por no hablar de la rescisión de la cobertura y otros inconvenientes más obvios directamente relacionados con nuestra compañía.

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Fraudes y trucos frecuentes a los seguros de hogar

Los más habituales son los timos en las pólizas de coche, aunque dentro de los seguros de hogar también existen una serie de fraudes que los clientes llevan a cabo con mayor frecuencia. Uno de los más habituales consiste en atribuir una avería mecánica de un electrodoméstico como la lavadora o el frigorífico -y cuya reparación o cambio supone un gasto notable- a un repunte de tensión eléctrico. En estos casos el daño existe, pero no es fruto de un cambio en la red de energía, sino de un mal uso, del desgaste del propio aparato, u otros motivos que no están amparados en la cobertura de Daños eléctricos.

Razones por las que no estafar al seguro

Debes saber que en este caso detectar el engaño resulta relativamente fácil si la entidad envía a un perito experto. Lo mismo ocurre con las reclamaciones desproporcionadas en las que, de nuevo, existe un perjuicio real. De hecho, en estos casos el daño puede ser consecuencia de un riesgo que sí cubre el seguro. Otro timo parecido tiene que ver con abultar la factura de la reparación, aunque basta con comparar los precios del mercado para descubrir la mentira.

Las denuncias falsas por robo y las ocultaciones de daños preexistentes son otros de los habituales. Respecto a los primeros, aumentaron considerablemente (hasta un 40%) en 2013. Fue entonces cuando la policía hizo público que se habían incrementado las que tenían que ver con el robo de equipos informáticos (ordenadores, routers, tabletas, móviles y similares, que también puede incluir el seguro multirriesgo). En las situaciones de robo, la compañía tendrá en cuenta aspectos como si la cerradura ha sido forzada o no. Algo difícil de simular si no ha sido así.

En cuanto a las ocultaciones de daños preexistentes nos estamos refiriendo a, por ejemplo, que el cliente omita intencionadamente que un electrodoméstico ha empezado a fallar, que la casa que ha asegurado tiene ciertos desperfectos, etcétera. Este tipo de delitos, en todo caso, suelen darse con mayor asiduidad en las pólizas de salud, aunque las empresas suelen cubrirse las espaldas con cuestionarios previos.

Lo que delata al defraudador

Aunque establecer un perfil de “defraudador tipo” resulta complicado, la asociación de Investigación Cooperativa entre Entidades Aseguradoras y Fondos de Pensiones (ICEA), una entidad especializada en estadísticas y estudios del sector asegurador en nuestro país, afirma que existen algunos rasgos comunes que pueden servir para detectar a los estafadores. Por ejemplo, lo habitual es que sea el propio asegurado el que reclame directamente al seguro -en lugar de un mediador o un tercero implicado-.

Asimismo, son síntomas reveladores que la reclamación tenga lugar unos días antes de que venza la póliza de hogar o poco después de contratarla (una vez superado el período de carencia) dejando así claro el verdadero interés por suscribir la póliza. Es sospechoso, también, que no se aporten comprobantes originales o todo lo contrario, que se presente documentación excesiva -y que la entidad ni siquiera haya solicitado-. 

Los fraudes más comunes al seguro

Los historiales con una elevada siniestralidad y las informaciones vagas e imprecisas en la narración de los hechos son también susceptibles de ser poco creíbles; así como la similitud en los apellidos de los implicados, que residan muy cerca los unos de los otros, etcétera.

Qué hacen las compañías ante estos trucos

Por otra parte, debes saber que la mayoría de compañías disponen de protocolos de actuación para prevenir y detectar a tiempo este tipo de estafas. Es el caso de AXA Assistance, que cuenta, incluso, con una Unidad de Daños Eléctricos para gestionar los timos relacionados con esta garantía, una de las más susceptibles al fraude.

También tienen equipos que se encargan de llevar a cabo un seguimiento de los gastos derivados de daños producidos en cristales, y calderas; y de comprobar que las facturas que pasan los asegurados se corresponden con los precios del mercado. 

La labor de investigación, en todo caso, resulta clave para descubrir estos intentos de estafa. Según ICEA, que convoca un concurso anual en el que premia esta labor de las aseguradoras -el Concurso de detección de fraudes de ICEA, que este 2019 ha celebrado su XXV edición- cada euro invertido en investigación en el ramo de “otros” (en el que se incluyen los seguros de hogar), evita el pago por parte de la aseguradora de 38 euros. Dados los numerosos intentos de fraude que se producen cada día, la partida para investigación es fundamental en una compañía de seguros. Tanto es así que se recurre a detectives privados para seguir al posible estafador, cuando un caso presenta serias dudas. 

Engañar al seguro de hogar, una mala idea

Lo primero que tienes que saber es que, si tu compañía te pilla intentando engañarle, automáticamente rescindirá vuestro contrato. Y no solo eso, sino que te incluirá en una suerte de “lista negra” específica que comparte con otras entidades del sector. ¿El resultado? Que a partir de ese momento te resultará más complicado encontrar a alguien que quiera asegurarte. Y si lo consigues, te saldrá muy caro.

Por otra parte y desde un punto de vista legal, estaríamos hablando de un delito de estafa. Nuestro Código Penal se refiere a él en el artículo 248, donde refleja también que será castigado con penas de entre seis meses y tres años de prisión. Por no hablar de las multas, que pueden llegar a ser cuantiosas.

Es un error estafar al seguro

Si bien las aseguradoras distinguen entre los fraudes oportunistas –en los que el siniestro ha ocurrido pero que ha aprovechado el cliente para reclamar un daño inexistente–, planeados –premeditados– y aquellos en los que se exageran los hechos –para cobrar más dinero– todos ellos pueden acabar conllevando repercusiones notables. No obstante, estas dependerán de la cantidad estafada, de la gravedad de las acciones y otros criterios.

Un ejemplo de lo que puede pasarte si utilizas trucos para engañar al seguro

Llegados a este punto no podemos dejar de citar un caso llamativo de intento de picaresca que se saldó con una condena de prisión, por parte de la Audiencia de Valladolid. Se trataba de un individuo que fingió un robo en su hogar con el objetivo de cobrar una indemnización. El hombre aseguraba que un ladrón había forzado la puerta de su casa y se había llevado el bolso de su mujer.

En su interior, supuestamente, había 700 euros en efectivo, un mechero de plata, un móvil, un portátil y dos tarjetas de crédito que los delincuentes habrían utilizado para llevar a cabo una compra por valor de 1.600 euros. Tras enviar a los peritos especialistas, la entidad se percató de la falsedad de los hechos y rechazó el siniestro. Curiosamente, el asegurado interpuso una demanda de juicio verbal que, sin duda, acabó costándole cara.

En concreto las autoridades judiciales estimaron que había simulado el delito y falseado un documento mercantil, y le condenaron a un año de prisión y a pagar una multa de más de 4.000 euros. En definitiva un claro ejemplo de las consecuencias que pueden acabar teniendo este tipo de delitos.

Actualizado el 30/11/2023 por el equipo de redacción de acierto