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7 estafas frecuentes (o no tanto) al seguro de coche

¿Estás pensando en cómo engañar al seguro de tu vehículo? ¡Error!

"Hecha la ley, hecha la trampa". Seguro que alguna vez has escuchado esta expresión; un refrán que, por desgracia, ilustra a la perfección el modo de actuar de ciertos individuos que tratan de lucrarse mediante el timo y las estafas. Un tipo de fraude especialmente frecuente en el caso de los seguros de coche. Hoy recabamos algunas de las prácticas más habituales de los delincuentes y te contamos qué consecuencias podría tener llevarlas a cabo. Porque intentar colársela a tu compañía tiene precio.

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Los fraudes al seguro del coche, más frecuentes de lo que crees

Como comentábamos, los fraudes al seguro del coche son algo habitual. De hecho, UNESPA (la Unión Española de Aseguradoras) reconoce que el año pasado cerca del 64% de los engaños al seguro se concentra en el ramo del automóvil. El más común de los intentos de fraude son las reclamaciones desorbitadas a las compañías.

La clase de timo, no obstante, ha cambiado pues, si bien hace un tiempo era frecuente simular daños al vehículo, en los últimos años, se han incrementado los falsos daños corporales. Además, cabe tener en cuenta que las indemnizaciones son notablemente más altas en estos supuestos.

Tipos de estafas más repetidas al seguro del coche

Por supuesto existen algunas estafas más habituales que otras. Estamos hablando, entre otras, de los supuestos latigazos cervicales, de la simulación de lesiones y daños físicos y materiales, de la presentación de partes falsos, y un largo etcétera que no resulta complicado imaginar. Pero vayamos por partes.

1. El latigazo cervical, lesión estrella 

Simular una lesión en el cuello tras un supuesto accidente de tráfico es una de las grandes estafas al seguro del coche en nuestro país. Los latigazos cervicales son un tipo de lesión frecuente cuando sufrimos un alcance trasero y no resulta sencillo comprobar si el daño es real o no. El quid de la cuestión radica en que se trata de una afección que se manifiesta en forma de dolor intenso, algo muy subjetivo que desde un punto de vista médico resulta difícil decidir si es verdad o no, por lo que el supuesto paciente puede fingir. 

Tal es su frecuencia, queexiste jurisprudencia al respecto como la sentencia de la AP de Murcia del 17 de julio del 2000 que establece indicaciones claras sobre los accidentes de tráfico que se produzcan a una velocidad inferior a los 15 kilómetros : “las fuerzas biomecánicas que se transmiten a los ocupantes del vehículo son inferiores a las que el cuerpo soporta en actividades cotidianas en las que no se suelen producir lesiones”.

2. Cuando se inventan o exageran los daños

Precisamente inventar o magnificar las lesiones es una práctica también habitual, no solo en lo que atañe a las lesiones físicas comentadas, sino a los daños del coche. Así, hay asegurados que declaran averías como si fueran siniestros. En estas situaciones la entidad deberá estudiar el nexo de causalidad entre la colisión y el accidente que figura en el parte con las lesiones y daños con especial detalle. De otro lado, la exageración de los perjuicios al vehículo. Por ejemplo, las aseguradoras se encuentran con clientes que afirman que otra persona les ha rayado intencionadamente la carrocería u otros que engrandecen las dimensiones de una abolladura.

3. Presupuestos de arreglos recargados

Incluso se presentan presupuestos inflados por talleres. En estos supuestos, los clientes se confabulan con los talleres para que el documento presupuestario del arreglo del coche por un siniestro sufra una elevación considerable que no se corresponde con los daños reales.

4. Fingir que te han robado el coche

Hace unos años también experimentaron un repunte los falsos robos de coches con violencia para estafar al seguro. Estos consisten en realizar una denuncia en la que se afirma que se han sustraído el vehículo y presentarla a la aseguradora. Para abonar la indemnización, ésta solicitará los dos juegos de llaves del coche, pero el estafador dirá que solo le queda uno, y que el otro lo tiene la persona que robó el vehículo.

5. Un parte falso

Otra situación ante la que podemos encontrarnos es que, sin haber participado en accidente alguno, una tercera persona presente un parte falso a su aseguradora. En tal contexto deberás ponerte en contacto con tu compañía e informar de que no estás de acuerdo con el parte amistoso, básicamente porque no ha tenido lugar ningún siniestro. Si cuentas con un Seguro de Responsabilidad Civil (el obligatorio y básico) no tendrás que preocuparte de nada. Además, será tu entidad la que denuncie a la persona que te está reclamando por fraude.

6. Encubrir consumos de alcohol o drogas

Lo cierto es que en los últimos años, debido a que muchos accidentes peligrosos son a consecuencia del alcohol y las drogas consumidos por los conductores, la DGT ha endurecido los límites y las sanciones. En este contexto, hemos de resaltar que las compañías cuando reciben un parte de siniestro causado por la ingesta excesiva de alcohol no se suelen responsabilizar de los daños propios aunque el cliente tenga contratado un seguro completo a Todo Riesgo. Y el caso se agrava en las coberturas de responsabilidad civil porque tras abonar la indemnización correspondiente la aseguradora puede reclamar a su cliente este importe. En consecuencia, hay clientes que intentan tapar el consumo de alcohol y drogas al volante si están implicados en un percance.

7. Otros fraudes

Mentir u ocultar datos a la compañía en el contrat: Otro de los engaños que se produce llega en el momento de la contratación de un seguro de coche. Y es que las compañías indican en sus condicionados que los datos que aporte el asegurado deben ser reales ya que, en caso contrario, puede ser que se rescinda o que no quede cubierto el asegurado en un incidente. Por tanto, es fundamental no falsear datos a la compañía de seguros de coche.

Engañar al seguro del coche, ¡error!

Llegados a este punto, cabe preguntarse en la picaresca de engaño al seguro: ¿qué pasa si me pillan? Pues bien, aquí puedes enfrentarte a varias circunstancias. En primer lugar, tienes que saber que se cancelará tu póliza de seguro; y no solo eso, sino quedarás “marcado de por vida”. ¿La razón? Que la compañía aseguradora informará públicamente de tu actuación.

Lo hará a través de una red en la que entidades de este tipo intercambian datos sobre sus clientes. En definitiva, que tendrás grandes dificultades para encontrar a alguien que quiera asegurarte. Además y si finalmente lo consigues, resulta más que probable que la prima sea más que abultada. Por supuesto, ni te plantees circular sin contratar una póliza. También y lógicamente, perderás el derecho a ser indemnizado por el siniestro.

Consecuencias legales

No podemos dejar de lado las consecuencias penales. Y es que timar al seguro del coche es un delito penado con abultadas multas e, incluso, con la cárcel. Algo que recoge el artículo 248 de nuestro Código Penal, que establece penas de entre seis meses y tres años de prisión. En todo caso, dependerá de si se trata de una falta o de un delito más o menos grave, y de la cantidad estafada. Por ejemplo, las que superen los 50.000 euros revisten mayor importancia.

Aquí debemos mencionar un caso ocurrido hace unos años. Fue entonces cuando el Tribunal Supremo condenó con tres años y medio de cárcel por un delito de estafa a un hombre que fingió un accidente para cobrar del seguro -estaba suscrito a ocho compañías distintas-. Esta persona llegó al extremo de amputarse la mano derecha para añadirle credibilidad al asunto. Y, aunque inicialmente llegó a cobrar hasta 335.000 euros, tuvo que devolverlos.

La mala fe es otro aspecto que ha de contemplarse, pues se trata de una conducta malintencionada que realiza el sujeto, y que requiere de un acto consciente, voluntario y antijurídico. Sin ella se trataría de un acto doloso, en el que el engaño es mínimo; una conducta que puede tener una respuesta penal y/o civil.

En cualquier caso, las compañías suelen tener procedimientos de actuación en el momento en el que sospechan de un posible fraude y cuentan con la ayuda de expertos en seguros, peritos e, incluso, investigadores privados para intentar destapar estas mentiras.

Casos curiosos de fraude al seguro

Ante este panorama, ICEA (Investigación Cooperativa entre Entidades Aseguradoras y Fondos de Pensiones), cuya misión es ser un servicio de estudio del sector asegurador español, ha instituido el Concurso sectorial de detección de fraudes y en el que se premian casos concretos. Estos galardones gratifican los esfuerzos para detectar y combatir estafas que perjudican a todos los asegurados y a la sociedad en general. En 2018, en su vigesimocuarta edición, por ejemplo se han premiado en la categoría de automóviles a las aseguradoras Pelayo y MAPFRE al desenmascarar engaños.

Concretamente, Pelayo destapó el falso relato de una colisión de un asegurado en Dos Hermanas (Sevilla) y la simulación de daños corporales por hasta cuatro atropellos de otro cliente en la localidad de San Cristovo de Ribadavia (Orense). Por su parte, MAPFRE España detectó una falsa lesión (era preexistente) por accidente de tráfico de un asegurado en Las Palmas de Gran Canaria.

Dicho lo cual y para acabar, existen otros fraudes llamativos que resulta curioso mencionar. Por ejemplo, la Guardia Civil detuvo en Sevilla a una red de delincuentes que se dedicaba a simular atropellos. Lo hicieron en hasta treinta accidentes distintos acontecidos en la misma provincia. Los descubrieron porque siempre facilitaban el mismo teléfono de contacto; el hilo del que la policía empezó a tirar. La aseguradora implicada fue Línea Directa, que detectó los indicios a mediados del 2016.

Actualizado el 01/02/2024 por el equipo de redacción de acierto