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La operación de reducción de pecho por la Seguridad Social

Te contamos cuándo es posible hacerse una reducción de senos por la Seguridad Social y cuáles son los requisitos

Aunque parezca una cuestión estética, la reducción de senos también es necesaria por causas médicas, en algunos casos. En este sentido, ¿entra la reducción de pecho en la Seguridad Social? ¿Cuáles son los requisitos? Descubre más en esta guía. Y si prefieres operarte por lo privado, compara seguros y sus coberturas y condiciones en Acierto.com.

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En qué casos cubre la Seguridad Social la reducción de pecho

Un pecho muy grande puede causar graves problemas de salud. Hablamos de hipertrofia mamaria en términos generales, cuando hay un exceso de volumen. Pero los casos más extremos se califican de gigantomastia.

Ambas patologías pueden provocar lesiones médicas, como dolor crónico, encorvamiento de la columna vertebral, irritación en la piel por el roce de tejidos e incluso problemas psicológicos, por convivir con esa incomodidad.

La hipertrofia de la mama cuenta con su propia codificación en la Clasificación Internacional de Enfermedades que usa el Sistema Nacional de Salud (SNS). Por ello, puede tratarse como cualquier otra del grupo de enfermedades del aparato genitourinario.

Si una paciente presenta hipertrofia mamaria con sintomatología asociada (dolor, lesiones cutáneas, limitación funcional, etc.), y se justifica clínicamente, la mamoplastia de reducción puede ser indicada como tratamiento reparador y, por tanto, estar cubierta por el sistema público. En conclusión: si un informe médico da fe de la necesidad de la operación, la Seguridad Social cubre la reducción de pecho.

Reducción de pecho por la Seguridad Social

Reducción de pecho: ¿cirugía estética o plástica?

La mamoplastia de reducción o reducción mamaria puede tener una finalidad estética o terapéutica, dependiendo del caso clínico. Y es muy importante diferenciar su naturaleza. Porque como ya se ha dicho, de ello depende que podamos afirmar (o no), que la Seguridad Social cubre la reducción de pecho.

Por ello requiere estudios previos para la operación que justifiquen la necesidad médica, si lo que pretendes es someterte a una reducción de senos por la Seguridad Social. Tendrás que consultar antes con un cirujano plástico, pues es un tipo de procedimiento que pertenece al ámbito de la cirugía plástica reparadora.

De ahí precisamente las dudas sobre su cobertura por parte del sistema público. Como en cualquier operación de esta especialidad, el matiz siempre está en la finalidad de la intervención: ¿la necesitas para paliar problemas de salud o solo es una molestia estética?

Requisitos para una reducción de pecho en la Seguridad Social

Al estar conferidas las competencias sanitarias a cada comunidad autónoma, los requisitos pueden variar. Pero podemos hablar de algunos comunes.

Pasar una evaluación médica

Se debe pasar una evaluación médica que confirme que la hipertrofia mamaria tiene consecuencias funcionales. Esto incluye una exploración física (volumen mamario, simetría de las mamas, calidad de la piel, distancia entre esternón y pezón, signos de sobrecarga y otros) así como pruebas radiológicas y/o ecográficas. También se tiene en cuenta el historial médico de la paciente.

Obtener justificación médica

La cartera de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud excluye "todos los procedimientos diagnósticos y terapéuticos con finalidad estética, que no guarden relación con accidente, enfermedad o malformación congénita”.

Es por ello por lo que se requiere un diagnóstico de hipertrofia mamaria y la justificación médica acreditada de los problemas funcionales que está causando. Esta debe quedar reflejada en un informe médico realizado por los especialistas pertinentes. Solo si se demuestra finalidad terapéutica, se podrá autorizar la intervención de reducción de pecho por la Seguridad Social.

Someter el caso a evaluación de un comité médico

Además de que la prescriba un especialista, es necesario que la intervención sea evaluada y aprobada por un comité médico formado por médicos de familia, cirujanos plásticos y otros especialistas.

La decisión se basa en los informes médicos previos del centro de salud y especialistas, la sintomatología acreditada, el estado de salud de la paciente (hábitos, IMC, estabilidad emocional) y la proporcionalidad del volumen mamario respecto a su cuerpo, así como el impacto que tiene en su vida la hipertrofia.

Que se den un volumen mínimo y otras características

No hay un criterio unificado, pero en algunas comunidades se establece un volumen mínimo de tejido mamario que extirpar (entre 300 y 500 gramos por mama) o que sea necesaria una reducción de al menos dos tallas.

También se puede evaluar como criterio para diagnosticar la hipertrofia mamaria la distancia entre esternón y pezones. Por ejemplo, una distancia de entre 30 y 35 centímetros da lugar a un diagnóstico de gigantomastia en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid.

En algunos casos, que exista macromastia o gigantomastia

Algunos centros públicos como el Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla o el Hospital de Zamora solo cubren la reducción de pecho por la Seguridad Social en casos severos: de macromastia o gigantomastia. Ocurre igual en algunos hospitales privados, como el CIMA de Barcelona y el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid.

¿Me puedo operar del pecho con un seguro privado?

En un seguro de salud privado, los criterios para las intervenciones de cirugía plástica son los mismos: debe haber una justificación médica para la operación, que puede quedar amparada (o no) bajo el paraguas de la especialidad de cirugía plástica y reparadora. Aunque lo común es que solo incluyan la reconstrucción mamaria post mastectomía y la cirugía reparadora en secuelas de enfermedades o defectos congénitas.

Por otra parte, un seguro de salud privado te va a permitir acceder a visitas médicas generales y de especialistas con mayor facilidad (menor lista de espera, centros médicos propios, hospitales privados y otras ventajas). Eso sí: tu seguro ha de incluir la hospitalización. Solo así podrás acceder a intervenciones quirúrgicas de esta clase, no cubiertas en los seguros de atención primaria (ambulatorios).

La diferencia con la reducción de pecho en la Seguridad Social es que, si se trata de una cuestión puramente estética, no te diagnostican de hipertrofia mamaria o gigantomastia o esta intervención no está incluida, también tienes soluciones. Muchas aseguradoras te permiten acceder a procedimientos estéticos como una reducción de senos con condiciones especiales de financiación o tarifas ventajosas.

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Preguntas frecuentes

Si estás en esta situación puede que aún tengas más dudas. Resolvemos aquí las preguntas más formuladas por las usuarias que buscan información sobre la reducción de pecho por la Seguridad Social.

¿Puedo hacerme una reducción de mamas por la Seguridad Social si soy joven?

No existe una edad mínima legal explícita para someterse a una reducción de pecho en la Seguridad Social, pero sí hay criterios clínicos y de desarrollo que deben cumplirse. Así, el desarrollo mamario debe haber finalizado (se da en torno a los 16-18 años) y en menores de edad, se exige un cuadro clínico muy severo y una autorización especial.

¿Tengo que adelgazar para una operación de reducción de senos?

En muchos casos, sí. La Seguridad Social suele valorar que la paciente tenga un índice de masa corporal (IMC) dentro de un rango saludable, generalmente por debajo de 30. Si el exceso de volumen está asociado al sobrepeso, pueden pedir que se intente bajar de peso antes de autorizar la cirugía.

¿Qué pasa si no cumplo los requisitos médicos para la reducción de pecho en la pública?

Si la reducción de pecho no tiene una justificación médica clara (por ejemplo, si solo es por motivos estéticos), la Seguridad Social no la cubre. En ese caso, la única opción es recurrir a la vía privada, bien a través de una clínica o de un seguro de salud que ofrezca acceso a cirugía plástica con condiciones especiales.

¿Puedo financiar la operación de reducción de pecho?

Sí, tienes opciones de financiación, más allá de las que ofrezca la propia clínica. Podrías pedir un préstamo personal para asumir este gasto, que oscila, de media, entre 5.000 y 7.000 euros. Aunque puede ser aún más cara.

El precio depende de a qué centro acudas (y su prestigio o el de sus cirujanos), de la complejidad de la operación, de si requiere hospitalización, de la provincia en la que te encuentres y otros factores. Otra opción es abonarla con la tarjeta de crédito, otra forma de aplazar el pago.

Actualizado el 18/06/2025 por el equipo de redacción de acierto