Todo sobre las cuentas vivienda
Las cuentas vivienda eran un producto financiero que permitía ahorrar para comprar o rehabilitar un inmueble con mayor facilidad y ventajas fiscales. Desaparecieron en 2013, excepto en el País Vasco. Te contamos por qué y qué alternativas existen hoy a este tipo de cuentas ahorro. También puedes entrar ya en nuestro comparador de cuentas y ver cuál es la que más te interesa en tu caso concreto.
Qué eran las cuentas vivienda
Las cuentas vivienda eran un producto similar a las cuentas de ahorro. Estaban pensadas específicamente para quienes deseaban adquirir un inmueble o rehabilitarlo, como decíamos, y ofrecían interesantes beneficios fiscales: se podían desgravar del IRPF las aportaciones a la cuenta.
El Gobierno las privó de sus ventajas fiscales en 2013, cuando se dejó de aplicar la deducción por adquisición de vivienda, momento en el que los bancos dejaron de comercializarlas.
Cómo funcionaban
El titular de la cuenta vivienda iba depositando dinero en ella con el objetivo de ahorrar para comprar una vivienda o bien rehabilitarla y con dos ventajas claras:
- Una remuneración atractiva de los fondos ingresados en ella. Esos intereses eran mayores respecto del resto de productos bancarios.
- Deducir hasta un 15 % de las cantidades aportadas, con un límite de 9.040 euros al año.
Qué requisitos tenían las cuentas vivienda
Pero era necesario cumplir con tres requisitos:
- Debía destinarse a ahorrar para comprar una casa, una vivienda habitual (también se incluían las rehabilitaciones).
- La compra de la vivienda tenía que llevarse a cabo durante los cuatro años siguientes a la apertura de la cuenta.
- En caso de no comprar finalmente una vivienda o de retirar el dinero para destinarlo a otro fin, era obligatorio devolver las cuantías deducidas y sus correspondientes intereses de demora en la siguiente presentación del IRPF.
Cuáles eran sus ventajas fiscales
El principal atractivo de las cuentas vivienda era la ventaja fiscal que ofrecían. Permitían deducir hasta el 15 % del dinero que se ingresaba en ellas, aunque había un límite de 9.040 euros al año, de forma que el máximo que se podía ahorrar en la declaración de la renta era de 1.356 euros anuales.
Por ejemplo, si una persona abría una cuenta vivienda y en el año aportó un total de 5.000 euros, tenía derecho a deducirse fiscalmente 750 euros en su declaración de la renta.
Otras ventajas de estas cuentas ahorro para vivienda
Otras ventajas que ofrecían a sus titulares las cuentas vivienda podemos destacar:
- Flexibilidad y comodidad con aportaciones periódicas y recurrentes.
- Facilitaban el ahorro disciplinado puesto que el dinero tenía un destino específico y ayudaban a comprometerse con la meta de comprar una casa.
- Aparte de la deducción fiscal, ofrecían intereses como si fuese una cuenta de ahorro.
- Posibilidad de obtener una hipoteca en condiciones favorables.
¿Tenían inconvenientes?
Pero este tipo de cuentas ahorro para vivienda también presentaban algunos inconvenientes, siendo los más relevantes:
- Si en cuatro años no se destinaba el dinero de la cuenta a la compra, construcción o rehabilitación de la vivienda habitual, había que devolver todas las deducciones con intereses. Por tanto, era un producto interesante si se estaba seguro de poder comprar una vivienda en el citado período.
- Si no se destinaba el dinero a su fin, había que devolver todo el capital deducido fiscalmente.
- Solo era posible una cuenta vivienda por persona.
- El incentivo fiscal suponía el riesgo de que personas que carecían de recursos económicos estables se lanzasen a comprar una vivienda.
¿Por qué se eliminaron las cuentas vivienda y cómo?
El fin de la deducción fiscal por inversión en vivienda habitual para nuevas adquisiciones se aprobó por el Gobierno en 2012, aunque entró en vigor el 1 de enero de 2013. Esta fue la razón de la desaparición de las ventajas fiscales de las cuentas vivienda, dejando de tener sentido su existencia. Por tanto, la eliminación de las cuentas vivienda estuvo directamente ligada a la supresión de la deducción por inversión en vivienda habitual.
Aquellas personas que ya tenían abierta una cuenta vivienda mantenían vigente el derecho a las deducciones, pero únicamente hasta que terminase el plazo de cuatro años correspondiente.
Las razones
La principal razón de que el Gobierno pusiese punto final a la deducción fiscal por compra de vivienda se encontraba en que esta medida tenía un coste económico muy elevado para el Estado. Además, existía la creencia de que la medida había contribuido al sobrecalentamiento del mercado inmobiliario y a la falta de equilibrio con el alquiler.
También se argumentaba que la deducción fiscal en realidad no ayudaba a los jóvenes o a personas con escasos recursos económicos, sino a quienes tenían rentas medias o altas, y que, al incentivar la compra de vivienda, se contribuía a que los precios se encareciesen.
¿Qué alternativas hay a las cuentas vivienda?
Desde que se eliminaron las cuentas vivienda no existen productos con ventajas fiscales específicas para ahorrar con destino a la compra de una vivienda. Pero sí hay una serie de alternativas y tipos de cuentas que también ayudan a fomentar el ahorro para tal fin y que el Fondo de Garantía de Depósitos protege (hasta 100.000 euros por titular y entidad).
Cuentas remuneradas y cuentas ahorro
Las cuentas remuneradas y las de ahorro se caracterizan por abonar intereses por el saldo que hay en ellas. Suelen tener condiciones, como por ejemplo saldo máximo que se remunera, tiempo limitado de promociones, necesidad de domiciliar nómina o recibos. Además, ofrecen liquidez inmediata (permiten ingreso y retirada cuando se quiera).
Depósitos a plazo fijo
Mediante un contrato con el banco, se deja el dinero ingresado durante un tiempo determinado y a cambio se recibe, a su vencimiento o finalización, un interés conocido de antemano. Pero si se retira el dinero antes, la entidad aplicará una penalización en concepto de comisión.
PPAs, PIAS
Los PIAS y los PPAs (planes de previsión asegurados) son productos de ahorro a largo plazo, generalmente pensados para el día de mañana complementar la jubilación, pero también cubren situaciones excepcionales (desempleo de larga duración, enfermedad grave) y permiten ir aportando dinero de forma periódica. Ofrecen una rentabilidad y tienen ventajas fiscales.
Preguntas frecuentes
Para que no te quede ninguna duda, puedes ver a continuación las preguntas que habitualmente nos hacen llegar nuestros usuarios. Y recuerda que si tienes alguna cuestión más al respecto, puedes ponerte en contacto con nosotros.
¿Dónde siguen existiendo las cuentas vivienda y qué ventajas aportan?
Solo en el País Vasco, que cuenta con un régimen fiscal propio que le ha permitido mantener y mejorar las ventajas fiscales de este producto. En concreto, la deducción fiscal es del 18 % (frente al 15 % que tenían a nivel nacional hasta su desaparición) y el tope máximo está en 8.500 euros (frente a los 9.040 euros aplicados a nivel nacional), por lo que el máximo anual que se puede ahorrar es de 1.530 euros.
¿Se puede abrir una cuenta vivienda hoy en España?
Una cuenta vivienda como tal, no es posible. En cambio, algunas entidades bancarias ofrecen cuentas con ese nombre que son finalistas (encaminadas para ahorrar de cara a la compra de una vivienda), pero ya no tienen beneficios fiscales. Sirven para separar el ahorro destinado a la adquisición del inmueble.
¿Qué pasa con las cuentas vivienda abiertas antes de 2013?
Quienes se dedujeron fiscalmente lo que aportaban a su cuenta vivienda tenían un plazo máximo de cuatro años para destinar el dinero a la compra o rehabilitación de vivienda habitual. Si no lo hicieron, debieron devolver las deducciones aplicadas junto con los intereses de demora. En la actualidad, ya no quedan cuentas vivienda vigentes con derecho a deducción.
En resumen
- Las cuentas vivienda tenían como finalidad ayudar con el ahorro para adquirir una vivienda habitual nueva o bien rehabilitarla.
- Su principal ventaja radicaba en la fiscalidad, pues permitían desgravar el 15 % del dinero ingresado en la cuenta, con un máximo de 9.040 euros al año (el máximo que se podía ahorrar en la renta eran 1.356 euros al año).
- Para obtener la ventaja fiscal, era necesario que se tratase de una vivienda habitual (compra o rehabilitación) y que la adquisición se efectuase durante los cuatro años siguientes a la apertura de la cuenta.
- En el caso de retirar el dinero de la cuenta vivienda o bien destinarlo a otro fin, se estaba obligado a devolver todo lo desgravado más los intereses de demora.
- Estas cuentas desaparecieron cuando el Gobierno eliminó la deducción fiscal por inversión en vivienda habitual (desde el 1 de enero de 2013).
- En el País Vasco siguen existiendo con una deducción fiscal del 18 % y el tope máximo está en 8.500 euros, por lo que el máximo anual que se puede ahorrar serían 1.530 euros.
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El hecho de que hayan desaparecido las cuentas vivienda no significa que no existan otros tipos también válidos de cara a ahorrar para los objetivos que estimes oportuno. En la actualidad la oferta es amplia y hay donde elegir.
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Actualizado el 15/10/2025 por el equipo de redacción de acierto