Qué es la solvencia económica y para qué sirve
Si no tienes una solvencia económica saludable conseguir financiación e incluso alquilar una vivienda puede resultar complicado. Te explicamos cómo fortalecerla y acreditarla aquí. En cualquier caso y si estás buscando un préstamo, en Acierto.com te resultará más fácil encontrarlo. Simula créditos ya y consigue uno con buenas condiciones.
Qué significa solvencia económica
La solvencia económica es la capacidad que tiene una persona para cumplir con sus obligaciones de pago (deudas), sin importar cuándo tenga que asumir dicho pago. Para tener una solvencia económica favorable es necesario disponer de activos líquidos, lo cual incluye tanto dinero en efectivo como inversiones.
La importancia de la solvencia económica radica en dos aspectos:
- Implica tener recursos económicos suficientes para hacer frente y asumir las deudas y pagos a los que se esté obligado.
- Ayuda a obtener financiación en caso de necesitarla. Sin la solvencia debida, el grifo del crédito estará cerrado o bastante limitado. Por tanto, la solvencia es uno de los elementos que los bancos analizan a la hora de conceder o denegar un préstamo.
Tipos de solvencia económica
Cuando se habla de solvencia económica, existen principalmente dos tipos:
- Solvencia técnica: cuando una persona dispone de la capacidad y los recursos económicos suficientes para afrontar el pago de sus obligaciones financieras. Esto sucede cuando sus activos le brindan la oportunidad de generar un flujo de efectivo suficiente para pagar sus deudas.
- Solvencia efectiva: en este caso la persona sí cuenta con la capacidad económica suficiente para hacer frente a sus pagos obligatorios, pero no dispone en ese momento de la liquidez requerida. Aunque tiene inversiones que cuando se transformen en efectivo sí permitirán tener la capacidad económica necesaria. Por ejemplo, dispone de un segundo inmueble, pero ha de venderlo para afrontar sus deudas.
Lo ideal es contar en todo momento con una solvencia técnica y gozar del suficiente efectivo sin necesidad de tener que recurrir a otros activos del patrimonio.
¿Es lo mismo solvencia que liquidez?
Es bastante habitual pensar que solvencia y liquidez vienen a ser lo mismo, y no es así, aunque en ambos casos se refiere a la capacidad económica que tenemos para pagar nuestras obligaciones.
Así, la solvencia económica son los recursos de los que disponemos para saldar las deudas y demás obligaciones financieras que tenemos, todo ello mediante los activos con los que contemos (dinero en efectivo, propiedades de bienes muebles e inmuebles, inversiones).
Mientras que la liquidez se refiere a la capacidad que tenemos para pagar las obligaciones y deudas a corto plazo, entendiendo como tal menos de doce meses.
Por tanto, al disponer de bienes y recursos pero que no son sencillos de convertir rápidamente en efectivo, se puede decir que se es solvente pero que no se dispone de liquidez.
Qué factores afectan a la solvencia económica
Existen una serie de factores que afectan en mayor o menor medida al grado de solvencia económica que podamos tener. Los principales son:
- Equilibrio entre ingresos y gastos: si los ingresos que obtenemos son menores que los gastos que afrontamos periódicamente, resultará bastante complicado gozar de un nivel de solvencia favorable.
- Gestión de deudas: acumular e incrementar las deudas hará que el sobreendeudamiento nos obligue a recurrir a activos que tengamos en nuestro patrimonio o a dinero ahorrado, de manera que la solvencia se vería claramente mermada.
- Condiciones económicas generales: el devenir de la economía en general y la del país en particular también tiene su incidencia en el grado de solvencia. Por ejemplo, si la inflación es elevada (ya que supone pérdida del poder adquisitivo), si suben los tipos de interés (las cuotas mensuales de la hipoteca y otros créditos se incrementarán), despidos laborales (implicaría no recibir ingresos).
- Regulaciones y políticas fiscales: determinadas modificaciones legales, sobre todo en el ámbito fiscal, pueden incidir en la solvencia, por ejemplo, subidas generalizadas de impuestos o incrementos concretos de gravámenes.
- Desastres naturales: hechos que no dependen del ser humano pueden afectar a nuestra solvencia, como por ejemplo lo sucedido con el COVID, ya que los confinamientos hicieron cerrar trabajos, empresas y negocios por un tiempo.
Cómo calcular la solvencia financiera
Para calcular cuál es el estado de solvencia económica, lo primero es sumar todos los activos. Esto incluye no solo el dinero que se tenga en efectivo, sino el patrimonio (viviendas, obras de arte, derechos, patentes, etc.) e inversiones (acciones, bonos y demás).
En segundo lugar, sumar todo el pasivo, es decir, las deudas y créditos (hipoteca, tarjeta de crédito, préstamos personales o de consumo, etc.) Acto seguido, hay de hacer una simple operación matemática que consiste en restar al activo el pasivo.
Con estos sencillos pasos se podrá obtener una visión real del estado de solvencia económica. Si los activos superan a los pasivos, la salud financiera es óptima. En caso contrario, la solvencia es desfavorable.
Cómo acreditarla
Existen varios medios para acreditar la solvencia económica. A saber:
Certificado bancario
Consiste en aportar un certificado expedido por una entidad bancaria que refleje la relación comercial que tenéis y tu capacidad financiera para cumplir con los compromisos adquiridos. Este certificado es importante para demostrar tu estabilidad económica y financiera.
Extracto bancario
Otra opción válida es aportar comprobantes de los ingresos económicos que tienes en tu cuenta bancaria, así como extractos actualizados de dicha cuenta. De esta manera se puede verificar el dinero en efectivo que tienes, los movimientos, las deudas domiciliadas, si tu saldo final cada mes es positivo o negativo, etc.
Por supuesto, también te servirá el certificado de tus ingresos periódicos (tu nómina laboral o tu pensión).
Titularidad de propiedades
Otro punto importante es la certificación de la titularidad de propiedades. Si dispones de más de una vivienda, o tienes local comercial, plaza de garaje, terrenos, puedes demostrar que tú eres el propietario y que está libre de cargas. Para ello bastará con ir al Registro de la Propiedad.
Certificado de inversiones
En el caso de disponer de inversiones, también puedes aportar el certificado correspondiente. Por ejemplo, si cuentas con una cartera de acciones puedes solicitar a tu bróker que te envíe a tu correo electrónico el documento pertinente en el que constará el capital que tienes invertido, en qué activos y mercados, y la evolución de dicha inversión.
Certificado de inquilino no moroso
Si quieres arrendar una vivienda, puedes aportar al arrendador el certificado de inquilino no moroso, en el cual se acredita que no tienes deudas y que tienes la capacidad suficiente para pagar cada mes la renta del alquiler.
Cómo mantener una buena solvencia económica con éxito
Hemos visto la importancia que tiene disponer de un nivel de solvencia económica óptimo y favorable de cara a poder obtener financiación del banco, alquilar una vivienda, etc. Pero no solo se trata de lograr esa salud financiera, sino de mantenerla a lo largo del tiempo. Para ello, hay una serie de cuestiones que debes de tener siempre en cuenta:
- Intenta no sobreendeudarte. No acumules obligaciones innecesarias. Controla en todo momento el volumen de tus deudas pendientes y goza de un buen historial crediticio.
- Es importante tener una fuente fija y regular de ingresos, si se puede. Por ejemplo, contar con un trabajo estable y su correspondiente nómina fija, o bien la renta de un alquiler o de un seguro de ahorro, la pensión, etc.
- Disponer de ahorros siempre es crucial ante cualquier imprevisto o urgencia que pueda surgir y ayuda a tener un colchón de seguridad que reforzará nuestro nivel de solvencia económica.
Preguntas frecuentes
Si todavía tienes alguna duda pendiente de resolver, no te preocupes, puedes echarle un vistazo a las preguntas más habituales que nuestros usuarios nos suelen plantear.
¿En qué casos hay que acreditar la solvencia económica?
Fundamentalmente podemos enumerar varias situaciones:
- Si queremos solicitar un préstamo o crédito ante una entidad financiera. Nos exigirán acreditar nuestra solvencia para evaluar nuestro perfil de riesgo y decidir si nos lo conceden o deniegan.
- Para recibir subvenciones y ayudas oficiales, la Administración nos solicitará que verifiquemos qué solvencia económica tenemos.
- Para alquilar o comprar una vivienda.
¿Qué es la Ley de Segunda Oportunidad para personas físicas?
La Ley de la Segunda Oportunidad (LSO) nació en 2015 y se reformó en 2022. Va dirigida a las personas físicas (particulares, autónomos y empresarios), que sean deudores de buena fe y se encuentren en estado de insolvencia y no pueden cumplir con sus obligaciones de pago. El objetivo es que se cancelen judicialmente las deudas y esas personas puedan rehacer su vida sin tener que arrastrar unas obligaciones que no pueden asumir.
En caso de insolvencia, ¿qué deudas no se pueden exonerar?
No todas las deudas pueden ser exoneradas por la Ley de Segunda Oportunidad. Por ejemplo, las que seguirán vigentes son:
- Las deudas por Responsabilidad Civil derivadas de accidentes de trabajo y enfermedad profesional.
- Las deudas por Responsabilidad Civil derivada de delito.
- Las deudas por alimentos.
- Las deudas por multas en procesos penales y por sanciones administrativas muy graves.
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Actualizado el 26/05/2025 por el equipo de redacción de acierto