Préstamos para jubilados y pensionistas
Si tienes más de 65 años, has dejado de trabajar y necesitas pedir un préstamo no te preocupes, porque en este artículo te lo contamos todo sobre los préstamos para jubilados y pensionistas: desde qué requisitos necesitas cumplir para conseguir uno hasta las entidades que los ofrecen. También puedes entrar en nuestro simulador de préstamos y empezar a cotejar las opciones de las mejores entidades.
Cuando hablamos de préstamos para pensionistas nos estamos refiriendo tanto a aquellos préstamos que —por sus características— son ideales para este colectivo; pero también a los créditos a los que pueden acceder las personas que se encuentran en esta situación. Es decir, aquellos productos financieros que permiten a jubilados y pensionistas obtener financiación.
Y es que habitualmente este colectivo cuenta con unas características que pueden condicionar la concesión de un crédito. Los más importantes tienen que ver con la edad y con sus ingresos. Uno de los factores que suelen tener en cuenta las entidades bancarias es la edad de quien pide el préstamo. Es frecuente que establezcan un límite alrededor de los 75 años y que se acoten las cantidades de dinero.
En los casos en que se aumenta este baremo, la entidad suele solicitar una garantía o aval, esto es un bien que responda en caso de impago o la presencia de una tercera persona que figure como avalista. Los préstamos para jubilados y pensionistas también pueden vincularse a una garantía como un seguro de vida, que respondería en caso de fallecimiento por la cantidad que quedase por pagar.
Antes de pedir un préstamo para jubilados debes saber que existen una serie de factores que pueden condicionar la financiación a la que finalmente accedas. Entre otros:
El capital estará condicionado por la pensión
El capital al que podrás acceder estará condicionado en gran medida por el importe de la pensión que cobres. Aunque no siempre será así si, por ejemplo, percibes ingresos de otras fuentes. Sucede como en cualquier otra clase de préstamo. Lo que ganes tiene que ser suficiente para saldar la deuda que contraigas. Si ganas mucho, podrás pedir más, y todo lo contrario. El nivel de solvencia es clave.
Si cobras pensión pero no es por jubilación
Si percibes una pensión pero esta no es por jubilación, no tendrás trabas relacionadas con la edad. En caso de que se reciba una pensión por incapacidad de tipo psíquico, el prestatario podrá tomar decisiones financieras si esta condición se lo permite. En caso contrario, deberá hacerlo su tutor legal. También tendrá que ser él quien pida el préstamo.
Los pensionistas tienen ventajas
Pero los pensionistas también tienen ventajas respecto de otros colectivos. Básicamente porque recibir una pensión significa percibir un ingreso regular y continuado en el tiempo. Algo que las entidades suelen ver con buenos ojos a priori, pues estas personas no suelen conllevar un gran riesgo. No obstante, hay que tener en cuenta que entran en juego otras consideraciones al estudiar un perfil financiero de un posible cliente.
Dicho lo cual, estos son los productos de financiación más habituales entre los pensionistas y jubilados. Analizamos las ventajas e inconvenientes de cada uno, así como sus principales características. Para que puedas decidir mejor.
Préstamos personales para jubilados
En este caso nos referimos a préstamos personales para financiar proyectos individuales como renovar la casa con una reforma. En este caso la entidad nos prestará una cantidad de dinero que tendremos que devolver según los términos y condiciones pactados (intereses, plazo de amortización, comisiones, etcétera).
Por regla general, las cantidades a las que se puede acceder con los préstamos personales son superiores que las que permiten otros productos de financiación. En este caso, el de los jubilados y pensionistas hay que tener en cuenta, sin embargo, que la edad es muy importante, y que no todos los bancos permiten recurrir a esta financiación si tenemos más de 65 o 70 años.
Hipoteca inversa
La hipoteca inversa es un tipo de préstamo para jubilados y pensionistas cada vez más usado por aquellas personas que no tienen familia o herederos. Es posible acceder a la hipoteca inversa cuando se tiene una vivienda en propiedad. Funciona al revés que un préstamo hipotecario convencional.
En realidad, se trata de vendérsela —la vivienda— al banco de forma anticipada, a cambio de que este nos aporte una mensualidad por la casa hasta el momento en que fallezcamos o hasta que se alcance el valor de la propiedad en cuestión. El titular también puede percibir los pagos, además de en rentas mensuales, de golpe en el momento de la contratación u optar por un modelo mixto de las dos fórmulas anteriores.
Entre los requisitos habituales para acceder a una hipoteca inversa encontramos: tener más de 65 años, clientes con dependencia severa o gran dependencia, o tener una discapacidad igual o superior al 33% y más de 65 años.
Préstamo rápido para pensionistas
Los préstamos rápidos para pensionistas son otra opción. Como su propio nombre indica, la principal ventaja de este producto es la celeridad con las que se consigue el dinero. Son rápidos tanto en lo que atañe a su solicitud como en lo que se refiere a la concesión. Las cantidades que pueden pedirse con ellos van desde los 300 o 500 euros hasta los 15.000, aunque depende de cada entidad. Los plazos de amortización son breves: se mueven entre los dos meses y los seis años, dependiendo de la cantidad y el caso.
En cuanto al proceso de solicitud, normalmente se lleva a cabo online o por teléfono, y se suele tener respuesta en muy poco tiempo: entre 15 minutos y 48 horas. Normalmente basta con aportar el nombre y apellidos, DNI, cantidad solicitada, justificante de ingresos y una vía de contacto.
Ahora bien, suelen aplicar intereses más altos que otros productos financieros o que los préstamos personales al uso, de ahí que no sea conveniente usarlos como método de financiación habitual.
Minicréditos para jubilados
Los minicréditos son un tipo de préstamo rápido que, básicamente, se diferencian de los préstamos rápidos en general por la cantidad que puede pedirse con ellos, que es inferior. En este caso raramente superan los 1.000 euros. Los plazos de devolución son cortos y el proceso de solicitud sencillo y ágil. En algunos casos puede tenerse el dinero ingresado en la cuenta en apenas minutos. Además, no suelen requerir de mucho papeleo.
En cualquier caso, no todo son ventajas y, de hecho, esta modalidad de financiación es recomendable para cubrir necesidades urgentes de dinero y coyunturales. Básicamente porque aplican honorarios habitualmente muy altos que pueden disparar el coste total del crédito.
Préstamos con garantía para jubilados y pensionistas
Los jubilados también pueden acceder a créditos con garantía. Esto básicamente sucede cuando el banco considera que se trata de una operación de riesgo y que, para conceder el préstamo, necesita un “extra” de seguridad. Muchas entidades que dan préstamos a pensionistas solicitan estas garantías adicionales:
- Seguro de vida: se trata de un producto vinculado muy frecuente cuando se solicita un crédito para jubilados y pensionistas. Su contratación podría ser obligatoria en muchos casos ya que, en caso de fallecimiento, la aseguradora correría con el importe que quedase pendiente de abonar. Si optamos por esta vinculación, es importante informar a los herederos.
- Avalista: otra opción es que alguien nos avale. Hablamos de préstamos con aval, en que una tercera persona responde en caso de impago por parte del titular. Por supuesto, este debe contar con solvencia económica y cumplir con ciertos requisitos.
- Garantía o bien físico: hablamos, en este caso, de una propiedad del titular del préstamo. Esto puede ser una vivienda, un garaje, un trastero, un local comercial e incluso un coche. Todo dependerá del dinero que se solicite. Además es importante saber que esta propiedad debe ser nuestra o, al menos, estar pagada al 80%.
Créditos al consumo para jubilados
Los créditos al consumo tienen una finalidad clara: financiar la compra de un bien o servicio. Con ellos es posible disponer de dinero en el momento y en la cantidad que se requiera, siempre y cuando no superemos el límite acordado con el banco. Estos productos, normalmente, aplican un tipo de interés más elevado, aunque no siempre es así.
Por ejemplo, aquí se encuadran las tarjetas de crédito, cuya gran mayoría permiten disponer de dinero a crédito y devolverlo a final de mes en una sola cantidad, sin que esto genere intereses añadidos. Además, muchas tienen modalidades de pago flexible, incluyen seguros contra fraude o pérdida, permiten fijar un techo de gasto, y otras ventajas. Eso sí, si no tienes tarjeta de crédito debes saber que el plazo para conseguir una puede alargarse hasta un mes.
Línea de crédito para jubilados
Las líneas de crédito también funcionan de forma distinta al resto de préstamos. En este caso, la entidad pone a disposición del cliente, durante un tiempo determinado, una cantidad de dinero. La clave de esto se encuentra en el “poner a disposición”, ya que, el titular de la línea de crédito será quien decida si usa el dinero o no.
El capital no se entrega de una sola vez, sino que la persona que lo recibe lo va administrando según sus necesidades. Además, solo se cobrarán intereses cuando se use el dinero. Si se utiliza todo, se aplicarán sobre su totalidad, mientras que si solo se emplea una parte, solo se aplicarán sobre el importe gastado.
Préstamo preconcedido
El préstamo preconcedido es otro producto al que pueden acceder los jubilados. No obstante, hay que tener en cuenta que no todas las personas tienen acceso a este producto y que dependerá del perfil financiero. En cualquier caso, los préstamos preconcedidos son los que directamente ofrece el banco sin que medie solicitud de por medio.
Normalmente suelen aparecer en las apps de banca y en las páginas webs, en nuestra página de clientes. Es importante saber que el hecho de que un préstamo sea preconcedido no quiere decir que nos lo vayan a aprobar necesariamente.
Los requisitos para acceder a préstamos para jubilados y pensionistas no difieren mucho de los que suelen solicitarse en otra clase de créditos. En cualquier caso, lo habitual es que los requerimientos cambien según la entidad, aunque suele haber unas constantes como las que enumeramos a continuación:
- Ser mayor de edad y acreditarlo con el DNI o NIE en vigor: se trata de una obviedad cuando hablamos de préstamos para pensionistas o jubilados. Esto también se aplica a los avalistas del crédito, en caso de que los hubiera.
- Tener una fuente de ingresos periódica: la pensión, en este caso. Aunque si se cuenta con ingresos recurrentes de otro tipo será más sencillo conseguir el crédito. Por ejemplo, si se tienen propiedades que se arrendan y se percibe una cantidad periódica. O si se reciben rendimientos positivos de inversiones, entre otros. Lo más posible es que tengamos que aportar una documentación de la renta.
- Justificar la razón por la que se quiere el préstamo para jubilados y pensionistas: esto no lo piden todas las entidades y también dependerá del tipo de producto por el que finalmente nos decantemos.
- Tener un avalista: en caso, por ejemplo, de que el titular del préstamo supere los 75 años. La entidad querrá asegurarse de recuperar el dinero.
- Adjuntar la documentación pertinente que acredite lo anterior.
- No tener deudas: ni estar en ficheros de morosidad. Aunque existen los préstamos con ASNEF, figurar en un archivo de este tipo, independientemente de la edad que tengamos, dificulta la consecución de un crédito.
- Ser titular de una cuenta bancaria en la que se ingresará el dinero si sale concedido el préstamo.
En cuanto a la documentación referida, será necesario, en términos generales —y sin perder de vista que esta puede variar según el banco, la operación y hasta nuestro propio perfil—:
- DNI o NIE en vigor.
- Certificado de ingresos: esto normalmente será el recibo de las tres últimas pensiones que se haya cobrado y en el que figure la cantidad percibida. Si se tiene alguna otra fuente de ingresos resulta muy conveniente aportar la documentación correspondiente. Por ejemplo, si se tienen pisos en alquiler o rendimientos de inversiones estos pueden hacer que el importe al que se acceda sea superior.
- Documento que acredite que se es pensionista de la Seguridad Social.
- Título de la propiedad si se opta por un préstamo con garantía. Y datos del avalista si se opta por que el aval sea un tercero.
- Extracto bancario con los últimos movimientos bancarios (suelen mirar los tres últimos meses).
Actualmente son muchas las entidades que conceden préstamos para jubilados y pensionistas. Entre otras encontramos a Moneyman, Cashper, Fidinda, Cofidis y algunas otras. Para analizar mejor su oferta y la de más entidades financieras te recomendamos que accedas a nuestro comparador financiero.
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Independientemente de si recurres a nuestra ayuda telefónica o no (puedes dejarnos tu número y te llamaremos gratis y sin compromiso) existen determinados puntos en los que puedes fijarte para identificar un buen préstamo, sea para pensionistas o no. Estos son algunos de los más importantes y a los que deberías prestar atención también en cualquier otro tipo de crédito:
- Intereses: que se irán generando a lo largo del tiempo y que determinarán en gran medida el coste total de que nos presten dinero. Es clave fijarse, además de en el TIN (Tipo de Interés Nominal) en la TAE, que incluye otros gastos como las comisiones, plazo de amortización, etcétera.
- Plazo de amortización y cuotas: cuanto menores sean las cuotas, más alargarás el préstamo y más intereses acabarás pagando. Es importante que liquidemos el crédito cuando antes, se trata de la forma de correr menos riesgos.
- Capital prestado: que sea suficiente para cubrir nuestra necesidad de dinero, pero que esté ajustada también. Ten en cuenta que los intereses y comisiones se suelen aplicar en forma de porcentaje sobre el importe solicitado.
- Comisiones: las comisiones pueden encarecer el coste final de un préstamo para jubilados y pensionistas. La más habitual es la de apertura, pero fíjate que no incluya ninguna más, si es posible.
- Productos vinculados: como decíamos, para que nos concedan un préstamo si somos jubilados o pensionistas es posible que nos obliguen a contratar un seguro de vida que pague por nosotros en caso de fallecimiento.
- Operativa del banco.
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- Indica la cantidad que quieres solicitar. Puedes seleccionar una cantidad de entre las propuestas o indicar cuánto necesitas exactamente.
- Dinos cuáles son tus ingresos mensuales: lo que percibes de pensión, de rentas por viviendas en propiedad alquiladas, de beneficios por tus inversiones, etcétera.
- En situación laboral, selecciona jubilado.
- Dinos si figuras en listados de morosidad.
- Por último, proporciona algunos datos personales: nombre y apellido, fecha de nacimiento, nacionalidad y tipo de casa en la que vives.
- Te enviaremos al instante la parrilla de resultados por e-mail (por eso necesitamos tu dirección de correo electrónico).
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No podíamos acabar este artículo sin formular algunas preguntas frecuentes sobre los préstamos para jubilados y pensionistas. Entre otras:
¿Qué pasa si el solicitante del préstamo tiene más de 70 años?
Lo habitual es que, cuanto más mayor sea el solicitante, más requisitos se le pidan. Esto no quiere decir que una persona de más de 70 años no pueda conseguir un crédito sino que, por ejemplo, será habitual que le pidan alguna de las garantías comentadas.
¿Puedo pedir préstamos para jubilados con ASNEF?
Aunque estar en ASNEF dificulta la consecución de un crédito, algunas entidades conceden dinero a personas en esta situación. Eso sí, los productos a los que normalmente se puede optar cuando se está en un fichero de morosidad suelen tener condiciones peores (intereses más altos, productos vinculados y más) que a los que se accede cuando no se figura en ellos. Además, la entidad puede exigir otros requisitos, como que las deudas no sean bancarias.
¿Hay préstamos para jubilados sin límite de edad?
Es muy complicado encontrar préstamos para jubilados sin límite de edad. Ten en cuenta que uno de los aspectos que miran las entidades es, precisamente, la edad que tienen los solicitantes de la financiación y a partir de ahí fijan los límites tanto en importe a prestar como en el plazo de amortización. Sobre todo en los préstamos personales. Con todo, hay una posibilidad, la hipoteca inversa con renta vitalicia. Aunque no se trata de un préstamo como tal, se garantiza el pago de una renta hasta el fallecimiento de los titulares.
Actualizado el 09/09/2024 por el equipo de redacción de acierto
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