Seguro para coche de segunda mano
Independientemente de si es nuevo o usado, hay un requisito imprescindible para poder circular con un coche: tenerlo asegurado. Existen muchos tipos de pólizas que se adaptan a cada usuario y a sus necesidades. ¿Cómo debe ser un seguro para un coche de segunda mano. Sigue leyendo para saber más o entra ya en nuestro comparador de seguros de coche y analiza opciones para tu vehículo usado, con asesoramiento personalizado y gratis.
En todo caso y como mínimo, deberemos contar con un seguro de Responsabilidad Civil obligatoria que haga cargo de cualquier daño que causemos a un tercero. Partiendo de esta base, se pueden comparar diferentes posibilidades hasta acertar y encontrar lo que mejor encaje con nuestros requerimientos.
Para empezar, hay que valorar una serie de cuestiones clave a la hora de buscar la opción idónea, y en este caso el tipo de coche que poseamos es un factor crucial. Junto a otros elementos como el perfil del conductor o los años de carné, la antigüedad del vehículo y las coberturas que incluya.
A la hora de asegurar nuestro vehículo, no será lo mismo un coche nuevo que otro que tenga más años de uso y kilómetros a sus espaldas. O que sea diésel o gasolina. Principalmente porque no implica el mismo riesgo. Razón de más para conocer los pasos que deberías seguir para elegir la póliza correcta si estás pensando en adquirir un vehículo de segunda mano.
Uno de los primeros puntos que debemos tener en cuenta para asegurar un coche de segunda mano es su edad. A partir de la década de antigüedad, nos encontramos ante una barrera importante y las aseguradoras ponen más pegas para optar por ciertas coberturas más allá del seguro a terceros.
Si las compañías entienden que el coche tiene demasiados años, solicitar complementos como roturas de lunas, incendios y demás podrán estar vetados. ¿El motivo? La entidad no querrá arriesgarse a cubrir un coche que pueda estar muy deteriorado, por lo que limitará las coberturas o directamente incrementará el precio de la prima hasta un punto casi prohibitivo.
Sin perder de vista el punto anterior, una vez que hayamos elegido el coche de segunda mano que deseamos comprar, llega el momento de asegurarlo. Previo a ello, debemos también realizar todos los trámites pertinentes como el pago de la tasa de cambio de titularidad del vehículo, o el abono del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales.
Las compañías aseguradoras nos solicitarán una serie de documentos para conceder la póliza:
- Carné de conducir en vigor.
- FIcha de características técnicas del vehículo.
- Certificado que acredite que el vehículo ha superado las pruebas de la ITV -en caso de que el coche tenga más de cuatro años-.
- Póliza anterior, en caso de que se tenga.
- Ciertas compañías también pueden solicitar la certificación de un perito determinando el buen estado del coche.
Una vez cumplimentado todo el papeleo, llega el momento de decantarnos por alguna opción en particular para nuestro vehículo de segunda mano. Existen diversas alternativas que podemos suscribir: conservar la póliza que ya tenía el vehículo, hacernos con una nueva, o incluso traspasar el seguro que teníamos de nuestro anterior coche al nuevo.
Si nos inclinamos por asegurar el coche desde cero, será preciso cotejar cuál de las distintas posibilidades que tenemos a nuestro alcance es la que mejor se adapta a nuestras necesidades. No hay que perder de vista que, al tratarse de un automóvil usado, tendremos que lidiar con la traba de la antigüedad si queremos optar por las coberturas más amplias.
Asimismo, hay que destacar que si el vehículo de segunda mano que hemos adquirido ya contaba con seguro, la ley prevé que para rescindir el contrato anterior el usuario deberá comunicárselo a la aseguradora por escrito en un plazo de quince días desde que conoció la existencia del contrato.
Si, por el contrario, elegimos mantener el seguro con el que contaba el coche, tendremos que llegar a un acuerdo con el anterior propietario. Para poder hacerlo, deberemos transmitir el seguro y solicitar el cambio del tomador de la póliza, aunque en última instancia la aseguradora podrá dar luz verde o no a la operación.
Sobre este aspecto hay que volver a resaltar que la edad del coche repercute de forma directa en la prima de la póliza. De modo que si nos interesa contratar un seguro a todo riesgo para nuestro coche de segunda mano, puede ser un obstáculo difícil de soslayar y que, finalmente, no compense pagar lo máximo por una póliza teniendo en cuenta de qué año es el coche.
Aún así, si el coche de segunda mano en cuestión no tiene excesivos años, quizá sí que puede merecer la pena contratar una póliza a todo riesgo con franquicia. Aunque hay que sopesar ciertos matices, ya que sería preciso observar con detenimiento qué ofrece cada aseguradora y en qué condiciones.
Resulta evidente que un coche con más tiempo tiene más papeletas para visitar el taller con más asiduidad. Bajo este principio, hay compañías que tienen pólizas en particular para solventar estas coyunturas. Por ejemplo, MAPFRE ofrece un “Seguro de avería mecánica de coches” concebido para cubrir las piezas y el coste de la mano de obra que se precise ante posibles fallos.
Por otro lado, hay compañías que cuentan con ampliaciones de las coberturas a terceros que les añaden complementos interesantes como la posibilidad de contar con vehículos de sustitución en el caso de que se produzca un siniestro grave o si el vehículo tiene que estar en el taller más de 24 horas.
Otra cobertura muy interesante para un coche de segunda mano es la asistencia en carretera. Obviamente, la fiabilidad de un vehículo con más tiempo y rodaje se reduce, por lo que en un momento dado nos puede dejar tirados a medio camino. Si tenemos en cuenta este aspecto, merece la pena revisar este tipo de servicios.
Algunas compañías como Pelayo incluyen en su póliza de terceros básica asistencia desde kilómetro cero. Se encargan también del traslado del vehículo hasta el taller que el usuario elija en un radio máximo de 150 kilómetros, además del desplazamiento de los ocupantes del coche dañado para que puedan regresar a sus domicilios o llegar a sus destinos.
Existen otras aseguradoras que a esta cobertura de asistencia en carretera le suman otros complementos interesantes. Como por ejemplo Fenix Directo, que en dicha asistencia incluye a un conductor especial para que se haga cargo del coche del usuario si este no puede conducir por enfermedad, accidente o fallecimiento.
En conclusión, las características de un coche de segunda mano le hacen tener limitaciones a la hora de optar por ciertas coberturas, agravan el precio final del seguro y dificultan el acceso a ciertos servicios. De modo que la mejor póliza siempre será aquella que nos cubra en caso de que el coche pueda fallar, como la cobertura de daños mecánicos y la asistencia en carretera.
Actualizado el 19/09/2024 por el equipo de redacción de acierto
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