Son muchos los imprevistos que pueden suceder en una vivienda. Por eso, cada vez son más las personas que deciden contratar un seguro de hogar, con el fin de estar cubiertos frente a caídas, roturas, robos o averías. Y entre los elementos que se encuentran en su interior, los electrodomésticos son la principal fuente de preocupación en cuanto a reparaciones se refiere.
La lavadora, el frigorífico, el horno o el lavavajillas pueden sufrir desperfectos tras una tormenta o estropearse por otros motivos. Pero, ¿están cubiertos por el seguro de hogar?, ¿qué cobertura hay que contratar para que estén asegurados?
Hoy trataremos de responder a estas y otras cuestiones relacionadas; y nos centraremos en una de las averías más incómodas de la casa: la de la caldera.
Lo primero que hay que tener claro es que no todas las pólizas de hogar son iguales ni tienen las mismas coberturas. Pueden cubrir los daños materiales y personales que se ocasionen a terceros (responsabilidad civil), los siniestros en la estructura de la vivienda, su interior o las tres partes. Dicho lo cual, el contenido de una vivienda comprende tanto los muebles que se encuentran en su interior, como los equipos informáticos, las joyas, los objetos de valor y los electrodomésticos.
A la hora de contratar un seguro de hogar, es importante leer las Condiciones Particulares y Generales de la póliza, para conocer de antemano, las garantías que hemos contratado para proteger nuestro domicilio. Los electrodomésticos son uno de los bienes que hay que tener más en cuenta.
Normalmente, estas pólizas cubren los electrodomésticos cuando sufren averías como consecuencia de cortes eléctricos o cortocircuitos, subidas de tensión o tormentas. Sin embargo, para que estén cubiertos frente a más siniestros, será necesario contratar una cobertura específica de electrodomésticos, o bien un seguro para ellos.
En todo caso y por lo general, los aparatos que cubren los seguros de hogar son el frigorífico, la lavadora, el lavavajillas y la televisión. Sin embargo, algunas aseguradoras incluyen también la cocina (de gas, eléctrica, vitrocerámica o inducción), la campana extractora de humos, el horno, el microondas, la secadora y el congelador.
Y por otro lado, algunas entidades especifican en los contratos que solamente reparan las averías de los electrodomésticos de línea blanca (vinculados a la cocina o limpieza). En cuanto a la forma en la que te cubre el seguro, en líneas generales, la cobertura de los electrodomésticos suele comprender la reparación del aparato o la sustitución de ese servicio por una indemnización monetaria, en el caso de que no sea posible arreglarlo.
La compañía también puede optar por dar una cantidad de dinero al asegurado si el coste de subsanar los daños es mayor al de reponer el aparato por otro nuevo. Pero para poder beneficiarse de una de las dos opciones, el aparato no podrá superar una antigüedad determinada.
Si lo hace, la indemnización no podrá ser superior al valor venal (valor del electrodoméstico en el presente).
Existen numerosas restricciones a la hora de contratar un seguro que cubra la reparación de la caldera en caso de avería. Por lo general, las aseguradoras suelen cubrir los daños por agua, rotura de cristales y aparatos sanitarios, además de los gastos por deterioro, causado por fugas de agua, incendio, explosión o daños por fenómenos atmosféricos.
También, y normalmente como cobertura complementaria, contemplan la pérdida de alimentos refrigerados por la falta de suministro eléctrico. Si bien la compañía puede responsabilizarse de los daños ocasionados por la rotura de la caldera, lo que no garantiza es su reparación ni su sustitución. Es el cliente el que suele hacer frente a los gastos derivados de la avería de este aparato.
Contratar un seguro Multirriesgo te permite cubrir, en una sola póliza, tanto el contenido como el continente de la vivienda, así como la Responsabilidad Civil a Terceros, o incluso la defensa jurídica. Gracias a esto, el coste de reparar y la indemnización por pérdidas serán asumidos por la aseguradora. Los principales daños que suelen cubrir son los que han sido ocasionados por:
Incendio, humo o explosión.
Daños por agua como consecuencia de las filtraciones a través de tejados, azoteas, terrazas, etcétera. También incluye los daños ocasionados por fenómenos meteorológicos como la nieve o el granizo; los derivados de la rotura de una tubería; de dejarse un grifo abierto o de inundaciones.
Caída de un rayo.
Daños ocasionados por actos vandálicos o malintencionados.
Robo, expoliación y hurto de mobiliario, dinero en efectivo o joyas, entre otros bienes, por ejemplo, así como los daños ocasionados en la casa como consecuencia de estos delitos. También el cambio de cerraduras tras un robo o hurto y la reposición de llaves.
Atraco fuera del domicilio.
Daños ocasionados por la colisión de vehículos terrestres.
Daños eléctricos debidos a una subida de tensión e indemnización por daños en alimentos que se encontraban en frigoríficos o congeladores tras una falta o percance en el suministro.
Rotura de espejos, cristales, aparatos sanitarios o placas vitrocerámicas, entre otros.
Además de estas coberturas, el seguro incluye la reparación de electrodomésticos y, de forma concreta, la reparación de calderas, aires acondicionados y aparatos de audio y vídeo.
En abril de 2013 la Compañía de Seguros Pelayo lanzó una serie de nuevas garantías en sus pólizas de hogar. Entre ellas se encontraba la revisión de caldera, como una cobertura opcional para la vivienda del usuario y también para la segunda vivienda. El límite máximo que cubre es de cien euros para la primera, y el mismo importe para la segunda vivienda.
Pelayo garantiza la revisión anual obligatoria por Ley del calentador o caldera a gas, instalado en la vivienda asegurada, para los servicios de calefacción y/o agua caliente sanitaria. Además, la revisión incluye la limpieza del calentador o caldera, pero no las averías, que siguen siendo el principal “escollo” al que se enfrentan los asegurados cuando se produce la rotura de algunos de estos aparatos.
Desde Acierto.com te recomendamos que contrates una póliza de hogar en la que puedas asegurar todos los daños que directa o indirectamente se puedan producir como consecuencia de la rotura de la caldera.
Como cada caso es distinto, no pierdes nada por preguntar a tu aseguradora, aunque lo más probable es que cubra los daños materiales y económicos por la avería de la caldera, pero no los de repararla o sustituirla.
En España, casi la mitad de las casas se calientan con gas natural, frente al 33,6% que lo hace con butano, el 11,1% que utiliza gasóleo y el 2,5% que usa propano. Asegurar o no la caldera y el gas es un interrogante que se hacen muchas de las personas que apuestan por este tipo de instalación.
Al respecto, los usuarios pueden estar tranquilos, pues la ley solo establece como obligatoria la realización periódica de inspecciones, tanto de la instalación del gas como de la caldera. ¿Y el plazo para realizar estas revisiones? Pues en el caso de las calderas es conveniente que sea a cada dos años y para la instalación del gas a cada cinco.
Una caldera en mal estado puede suponer un riesgo para la vivienda, por lo que es muy importante cumplir con estos baremos que exige la ley. Una exhaustiva vigilancia y un adecuado mantenimiento de la caldera y de la instalación evitarán o reducirán la probabilidad de que se produjeran fugas de gas, una mala combustión de la caldera o accidentes más graves como la explosión de esta.