Consolidación de pago: qué es y cómo hacerla
Una consolidación de pago es una operación que nos puede ayudar a poner orden a nuestra economía. Sobre todo, si tenemos varias deudas, con diferentes intereses. Te explicamos qué significa consolidar los pagos y qué implica. Y si quieres ver cómo está el mercado financiero, en nuestro simulador de préstamos encontrarás la oferta de las principales entidades. Entra y compara gratis y sin compromiso.
En términos generales, podemos decir que una consolidación de pago es un tipo de reunificación de deudas. Se trata de un recurso que consiste en agrupar varios préstamos pendientes en otro, uno solo.
Insistimos: en otra financiación. Porque cuando llevas a cabo la consolidación del pago no liquidas la deuda, la sigues teniendo. Sencillamente, lo que vas a hacer es amortizar los diferentes préstamos que había a tu nombre, cancelarlos y juntarlos en uno.
Los objetivos son pagar menos, controlar mejor tus números o mejorar tu ratio de endeudamiento (el porcentaje de ingresos que destinas a pagar deudas). Así, podemos consolidar el pago de:
- Préstamos personales.
- Préstamo coche (destinado a financiar un vehículo nuevo o de segunda mano).
- Préstamo reforma de la vivienda (de pequeña, mediana o, incluso, gran magnitud. Desde cambiar la bañera por un plato de ducha hasta reformar el baño completo, por poner dos casos).
- Préstamo para un tratamiento de salud (para pagar el precio de un tratamiento o de unos implantes dentales) o estética ( o una operación de pecho).
- Préstamo estudios.
- Un viaje financiado.
- Tarjetas de crédito.
- Minicréditos.
Estos son algunos ejemplos de préstamos que se pueden unir en una consolidación de pago. Pero recuerda que tus circunstancias pueden ser otras y es posible que tengas otros, con otras finalidades. La cuestión es que acumules varias deudas a tu nombre y que las quieras juntar en una.
Partimos de la base de que, habitualmente, por los riesgos que implica, no se recomienda pedir un préstamo para pagar otras deudas. Pero no siempre tiene que ser así. Y hacer una consolidación de pago puede tratarse de una buena idea en determinadas circunstancias.
La principal, que se mejoren las condiciones de financiación: si conseguimos que el tipo de interés del préstamo con el que vamos a hacer la consolidación de pago sea inferior al de los que vamos a cancelar. Para ello, tendrás que cumplir con los requisitos de concesión que te imponga la entidad en la que lo solicitas.
De darse esta circunstancia, la consolidación de pago merecerá la pena ya que agruparemos diferentes deudas con intereses distintos en una sola con un precio inferior, pagaremos menos cada mes, disminuirá la presión sobre nuestros ingresos (igual incluso mejoraremos considerablemente nuestra ratio de endeudamiento) y simplificarás tus finanzas personales, estarán mucho más controladas.
De la misma manera que hacer una consolidación de pago puede terciarse como una buena idea, a veces no lo es tanto. El motivo fundamental, de nuevo, el tipo de interés del préstamo con el que se haga, que sea más elevado que el de las deudas que vas a consolidar.
Este hecho puede suceder por varios motivos. Por una parte, por la propia finalidad: en algunas entidades, los intereses de las financiaciones para hacer una consolidación de pago son más elevados que los de un préstamo estándar. En particular, lo son aún más si existen varios minipréstamos.
Por otra, que el solicitante no cumpla con los requisitos que exige la entidad. Con especial hincapié en los relacionados con el perfil crediticio y el historial de pagos. Si no es impoluto y se está (o recientemente se ha estado) inscrito en un listado de morosidad como ASNEF o no se tienen unos ingresos fijos y regulares, los tipos de interés se incrementarán más aún de lo que es habitual en estas operaciones.
Para acertar con una consolidación de pago se deben tener en cuenta algunos aspectos. Determinados puntos que debemos considerar para que realmente nos valga la pena:
- El tipo de interés. Sabiendo que puede superar el de un préstamo estándar, debe ser inferior que el de las financiaciones que vamos a consolidar. Así, lograrás pagar menos cada mes. Mira el Tipo de Interés Nominal (TIN) y, sobre todo, la Tasa Anual Equivalente (TAE), donde se refleja el coste real.
- Otras condiciones del préstamo. Fíjate en qué gastos conlleva, si tiene y cuales son. Por ejemplo, comisiones, a cuánto ascienden, penalizaciones por posibles amortizaciones o cancelaciones anticipadas...
- El importe que se solicita. El dinero debe ser suficiente para consolidar los pagos y, también, para afrontar los gastos de cierre de cada una de las financiaciones. En cualquier caso, no pidas más del estrictamente necesario. Si lo haces, estarás incrementando la deuda.
- El coste de los otros préstamos. Calcula cuánto te cuesta cerrar las deudas de pagos que vas a consolidar. En especial, las de amortización anticipada y cancelación.
- Tu perfil crediticio. Si tu nombre está o ha estado en ASNEF o cualquier otro registro de morosos, los requisitos y condiciones del préstamo para consolidar pagos serán más duros. Incluso, pueden exigirte que presentes algún aval.
Y haz números para asegurarte de que, aunque sigas manteniendo la deuda y a la larga es posible que acabes abonando más intereses, pagarás menos cada mes.
El proceso para realizar una consolidación de pago es relativamente sencillo. En la mayoría de las ocasiones, se reduce a solicitar un préstamo. Pero hay más formas de llevarla a cabo. Te las explicamos en este apartado.
Pedir un préstamo para una consolidación de pago
Si optas por pedir un préstamo para realizar una consolidación de pago debes saber que cuentas con varias opciones.
Desde un préstamo personal, cuyos trámites se pueden alargar hasta tres semanas o un mes y con el que podrás optar a hasta 60.000 euros, hasta uno rápido u online. Aquí las gestiones se agilizan y se puede tener respuesta en apenas horas, pero el importe máximo se frena en los 20.000 euros. Además, sus requisitos pueden ser menos estrictos, pero las condiciones, más duras.
La elección de uno u otro para hacer una consolidación de pago dependerá del importe que precises y la rapidez con la que se necesites el dinero. Todo ello, sin contar con tu perfil financiero. Para acceder a un préstamo personal, deberá estar impoluto.
Contratar una hipoteca para una consolidación de pagos
Las hipotecas se contemplan, solo, para importes muy elevados: más allá de los 80.000 euros. Y es que, aunque existe alguna hipoteca por 50.000 euros, no es lo habitual.
Sea como sea, su tramitación puede alargarse un mes, en función del perfil del solicitante. Tratándose de una consolidación de pagos, quizás más, y conllevan bastante papeleo. Los tipos de interés de una hipoteca son considerablemente más bajos que los de otras financiaciones.
Consolidar pagos con la tarjeta
Las tarjetas de crédito son otra opción para llevar a cabo una consolidación de pagos, aunque se debe ir con extremo cuidado. Básicamente, por los tipos de interés que aplican: muy elevados. Otro punto para recordar son los importes tope que alcanzan, que en la gran mayoría de las veces no superan los 6.000 euros.
En cualquier caso, se puede intentar solicitar una para consolidar los pagos de otras tarjetas de crédito siempre y cuando los intereses sean inferiores a los de las que ya se tienen.
Tirar de ahorros para consolidar pagos
Sólo es posible usar los ahorros para consolidar pagos, si se tienen. Y asumiendo que corremos el riesgo de descapitalizarnos. Además de otro punto de vital importancia: dónde están depositados. Ten en cuenta que existen productos de ahorro en los que, para retirar dinero, se tiene que pagar una penalización o comisiones.
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Explicada la consolidación de pagos, te vamos a responder varias preguntas al respecto. Cuestiones frecuentes que nos han hecho llegar nuestros usuarios. Y, si tienes alguna más, no dudes en contactar telefónicamente con los expertos de nuestro simulador de préstamos.
¿Es lo mismo una consolidación de pago que una liquidación de deuda?
No. Una consolidación de pago no es lo mismo que una liquidación. La primera operación financiera consiste en agrupar todas las deudas en un nuevo préstamo. Por tanto, se sigue debiendo dinero. La segunda, consiste en saldarlas: dejar de adeudar.
¿Puedo hacer una consolidación de pago si estoy en ASNEF?
Lo tienes complicado. Aparecer en registros de morosidad dificulta el acceso a cualquier financiación. Más aún si se trata de una consolidación de pago, porque te endurecerán los requisitos (posiblemente te pidan algún aval) y las condiciones (con tipos de interés más elevados si cabe).
Nuestra recomendación es que, si vas a llevar a cabo una consolidación de pago y estás en ASNEF, te informes bien. Y analices las condiciones del préstamo que vas a firmar.
¿Cuál es la mejor forma para hacer una consolidación del pago?
En general, no hay una mejor o peor manera de realizar una consolidación de pago. Dependerá del número y las condiciones de las deudas que acumulemos (su importe global, los tipos de interés y los costes de cancelación de cada una de ellas, etc.), de nuestro perfil crediticio y de las condiciones de la nueva financiación.
Así, habrá personas para las que lo mejor sea una tarjeta de crédito y otras para las que lo óptimo sea una hipoteca. Por tanto, lo ideal es estudiar cada caso de forma personalizada.
Actualizado el 16/09/2024 por el equipo de redacción de acierto
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